El Derecho Informático consiste en el conjunto de leyes, normas y principios aplicables a los hechos y actos derivados de la Informática. Las atribuciones que se pueden obtener de éste son infinitas.
Las obligaciones que se han llegado a crear son muy pocas, sin embargo, es necesario una asesoría al respecto debido al ya mencionado traspaso de barreras y fronteras existentes.
Como ejemplo podemos considerar una compraventa efectuada a través de servidores conectados en Internet, los cuales se encuentran en diferentes países e inclusive, para complicar un poco más el ejemplo, el bien acerca del contrato se encuentra en un país tercero. Esto pareciera ser un ejemplo inventado, sin embargo, día a día son más las transacciones realizadas a través de medios electrónicos y computarizados, así como también crece la información de las bases y redes de datos.
La informática jurídica se puede catalogar como una informática documentaria de carácter jurídico, es decir, creación y recuperación de información que contenían datos principalmente jurídicos, como por ejemplo leyes, jurisprudencia, doctrina, o al menos de interés jurídico.
Estos bancos de datos jurídicos también se pueden obtener, no solo de informaciones, sino también mediante programas estudiados expresamente, verdaderos actos jurídicos como certificaciones, atribuciones de juez competente, sentencias pre modeladas, a lo que se le llama informática jurídica de gestión. Cuando las informaciones y procedimientos son fidedignos y permiten llegar a buenos resultados, se da lo que es la informática jurídica neta documentaria.
El desarrollo del internet con sus diversas herramientas, al igual que de las intranet y las extranet constituyen elementos con enormes posibilidades de uso en el trabajo legal, cuya utilización impulsa la transformación de las posibilidades de ejercicio de la profesión.
Actualmente, la tecnología se ha vuelto el sustento de las normas jurídicas. En todo tipo de Derecho se utiliza la tecnología, ya sea para escribir un contrato, realizar presentaciones, revisar expedientes, o para mandar importantes documentos a grandes distancias con mayor velocidad, y por supuesto, mejor presentación. La vida del jurista moderno es dinámica, los grandes cambios están presentes, la revolución tecnológica esta aquí; el abogado se tiene que adaptar a cambios repentinos en la forma en que la sociedad se comunica y transfiere información. Es una ventaja la que tienen las generaciones actuales al tener acceso ilimitado a las tecnologías para aprender, retener y generar información.